Las Médulas, ubicadas en la provincia de León, España, constituyen un paisaje único que combina historia, naturaleza y arqueología. Este sitio es famoso por sus formaciones de tierra rojiza, que son el resultado de un largo proceso de minería, originalmente atribuido a los romanos. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que la historia de la explotación minera en Las Médulas podría ser mucho más antigua, remontándose a épocas prerromanas y vinculándose con los pueblos indígenas de la región, como los astures.

Los astures, un pueblo prerromano que habitaba la región del noroeste de la Península Ibérica, ya explotaban los recursos minerales de la zona mucho antes de la llegada de los romanos. Se sabe que los astures eran hábiles mineros y metalúrgicos, especializados en la extracción de oro y otros metales. Aunque sus métodos eran menos sofisticados que los utilizados posteriormente por los romanos, los astures realizaban labores mineras en diversas partes del Bierzo, incluida la zona de Las Médulas. Estas primeras explotaciones se llevaban a cabo de manera manual, mediante pozos y galerías, y estaban dirigidas principalmente a la extracción de oro de los depósitos aluviales.

La llegada de los romanos al noroeste de la Península Ibérica en el siglo I d.C. marcó un punto de inflexión en la historia de Las Médulas. Los romanos, al reconocer la riqueza mineral de la región, perfeccionaron y expandieron las técnicas de explotación minera que ya existían. Adaptaron sus avanzadas tecnologías, como el método de "ruina montium", que transformó dramáticamente el paisaje. Aunque los romanos son los principales responsables de la devastación y transformación masiva del entorno, no se puede ignorar que ellos aprovecharon un conocimiento minero que ya existía en la región, adquirido a lo largo de generaciones por los astures.

El método de ruina montium, que consistía en la construcción de una compleja red de canales, túneles y galerías, era una técnica enormemente eficaz para extraer oro a gran escala. Sin embargo, su implementación no habría sido posible sin el conocimiento previo de los recursos minerales locales y las prácticas mineras que los astures habían desarrollado. De hecho, algunos estudios recientes sugieren que los romanos pudieron haber empleado a los astures en la explotación de las minas, aprovechando su experiencia y conocimiento del terreno.




A pesar de la brutalidad del método romano, que implicó la destrucción de grandes áreas de montaña y una profunda alteración del paisaje natural, Las Médulas se convirtieron en la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano. El impacto de la minería romana en la región fue tan profundo que, aunque la actividad cesó en el siglo III d.C., el paisaje que dejaron sigue siendo visible hoy en día, con las características formaciones de colinas erosionadas y valles que conocemos como Las Médulas.

Tras el abandono de las minas por parte de los romanos, la región quedó sumida en un lento proceso de recuperación natural. La vegetación, compuesta principalmente por castaños y robles, fue cubriendo gradualmente las heridas dejadas por la minería, y el sitio quedó envuelto en el silencio durante siglos. Sin embargo, la memoria de la minería nunca se perdió del todo, y los relatos de los antiguos trabajos mineros continuaron siendo parte del legado cultural de la región.


No fue hasta los siglos XVIII y XIX que el interés por Las Médulas resurgió, impulsado por estudiosos y arqueólogos que comenzaron a investigar y a documentar la magnitud y la sofisticación de las operaciones mineras romanas. Estos estudios iniciales, que se centraron principalmente en la fase romana de la explotación, han sido complementados en las últimas décadas por investigaciones que han arrojado luz sobre la importancia de los astures en la historia temprana de Las Médulas.

Hoy en día, Las Médulas son mucho más que un recordatorio de la ingeniería romana; representan un espacio en el que se entrelazan las historias de los pueblos prerromanos y los conquistadores romanos. Este sitio no solo es testigo de la habilidad técnica y la ambición de la Roma imperial, sino también de la tenacidad y el ingenio de los astures, quienes durante siglos aprovecharon los recursos naturales de su tierra.

Las Médulas, por tanto, no son solo un monumento al pasado, sino también un lugar donde la historia de los astures y los romanos se funde en un testimonio impresionante de la interacción entre las culturas y su entorno. Como resultado, este paisaje se ha convertido en un símbolo de la riqueza cultural e histórica de la región, atrayendo a visitantes de todo el mundo que desean explorar no solo la herencia romana, sino también la profunda huella dejada por los primeros habitantes de esta tierra, los astures.




La presa de Grandas de Salime, situada en el río Navia, en la provincia de Asturias, es una de las obras más significativas de la ingeniería hidráulica en España, tanto por su magnitud como por su impacto en la región. La historia de esta presa comienza a mediados del siglo XX, en un contexto de reconstrucción nacional tras la Guerra Civil, cuando España se enfrentaba a un déficit energético considerable. Para hacer frente a esta situación, se promovió la explotación de los recursos naturales del país, y el río Navia, con su caudal abundante y su geografía montañosa, se perfiló como un lugar idóneo para la construcción de varias presas hidroeléctricas.


La construcción de la presa de Grandas de Salime comenzó en 1948 bajo la dirección de la empresa Hidroeléctrica del Cantábrico. Fue un proyecto colosal que requirió un gran despliegue de medios humanos y tecnológicos. Miles de trabajadores participaron en la construcción, enfrentándose a condiciones laborales duras y a la dificultad de trabajar en un terreno abrupto y de difícil acceso. La tecnología empleada fue pionera para la época, utilizando métodos avanzados de construcción en hormigón para levantar una estructura de gravedad que alcanzaría los 128 metros de altura, con una longitud en la coronación de 270 metros.



El embalse resultante, conocido como el embalse de Salime, tiene una capacidad de almacenamiento de unos 265 millones de metros cúbicos de agua. La central hidroeléctrica asociada, con una potencia instalada de 126 megavatios, fue durante muchos años una de las más importantes del país. La primera turbina comenzó a funcionar en 1955, marcando el inicio de una nueva era para la generación de energía en el noroeste de España.




La construcción de la presa tuvo un impacto profundo en la región, tanto positivo como negativo. Por un lado, supuso un avance crucial en la electrificación y modernización de Asturias y las provincias vecinas. La energía producida por la central hidroeléctrica contribuyó significativamente al desarrollo industrial de la zona, ofreciendo una fuente de energía limpia y renovable en un momento en que el país lo necesitaba desesperadamente.

No obstante, la creación de este embalse también tuvo consecuencias sociales y ambientales. Varias aldeas y tierras agrícolas fueron inundadas, obligando a muchas familias a abandonar sus hogares y adaptarse a nuevas formas de vida. La transformación del paisaje fue radical, con la pérdida de terrenos fértiles y el desplazamiento de comunidades que habían habitado la zona durante generaciones. Además, el ecosistema del río Navia se vio alterado, afectando a la fauna y flora locales y modificando las dinámicas tradicionales de pesca y agricultura que habían sustentado a la población.

Con el paso del tiempo, la presa de Grandas de Salime ha sido objeto de diversas mejoras y actualizaciones. Estas intervenciones han tenido como objetivo tanto la optimización de su capacidad de generación eléctrica como la minimización de su impacto ambiental. Se han implementado tecnologías más modernas para garantizar su seguridad y eficiencia, y se han adoptado medidas para proteger el entorno natural, en un esfuerzo por equilibrar las necesidades energéticas con la conservación del medio ambiente.

Hoy en día, la presa de Grandas de Salime no solo continúa siendo una pieza clave en la producción de energía hidroeléctrica, sino que también ha adquirido un valor simbólico y turístico. Su imponente estructura y el embalse que la acompaña se han convertido en un destino atractivo para los amantes de la naturaleza y el turismo rural. Las aguas del embalse son ahora un lugar popular para actividades recreativas como la pesca, el senderismo y la observación de aves, lo que añade un nuevo capítulo a la historia de este monumento de la ingeniería española.



La historia de la presa de Grandas de Salime es un testimonio del ingenio y la determinación humana en la búsqueda del progreso, pero también sirve como recordatorio de los desafíos y sacrificios que acompañan a tales empresas. La construcción de la presa fue un hito en el desarrollo industrial de España y un ejemplo de cómo las grandes obras de ingeniería pueden transformar regiones enteras, no solo en términos económicos, sino también sociales y ambientales. En última instancia, el legado de la presa es una mezcla de logros y lecciones aprendidas, que continúan resonando en la actualidad.


Laika, la perra más famosa de la historia, nació en las calles de Moscú y fue rescatada por científicos soviéticos que buscaban un valiente ser vivo para un arriesgado experimento. Corría el año 1957, en plena Guerra Fría, y la Unión Soviética estaba enfrascada en la carrera espacial contra Estados Unidos. La misión era clara: enviar un ser vivo al espacio y hacer historia, pero también cargar con la tristeza de enviar a alguien sabiendo que iba a la muerte.



El lugar concreto del lanzamiento de Laika al espacio fue desde el cosmódromo de Baikonur, en lo que hoy es Kazajistán, pero en ese momento era una base secreta soviética a la que van dedicadas estas coordenadas.

El 3 de noviembre de 1957, Laika abordó la nave espacial Sputnik 2, una pequeña cápsula diseñada para el vuelo orbital. Pocos sabían que la perrita se convertiría en un símbolo de sacrificio en la búsqueda del conocimiento y la exploración espacial.



Laika, un pequeño perro mestizo con mirada triste y corazón valiente, fue sometida a un entrenamiento riguroso para adaptarse a la vida en una cápsula espacial. Los científicos querían asegurarse de que ella pudiera soportar el confinamiento, la ingravidez y el estrés de la misión. Sin embargo, también sabían que no existía la tecnología para traerla de vuelta a la Tierra con vida.

El 3 de noviembre de 1957, la nave espacial Sputnik 2 fue lanzada desde Baikonur con Laika a bordo. La emoción y el temor se mezclaron en el corazón de los científicos y espectadores de todo el mundo. La cápsula entró en órbita y Laika se convirtió en el primer ser vivo en alcanzar el espacio exterior, un hito histórico.

Pero, a pesar del logro, la tristeza embargó a la humanidad al saber que la valiente perrita estaba condenada a morir en el espacio. La cápsula no tenía los medios para regresar a Laika a la Tierra, y se estimaba que moriría por falta de oxígeno en pocos días.

La misión de Laika estaba destinada a ser una tragedia, pero también un acto heroico. Su sacrificio permitió a los científicos obtener datos vitales sobre cómo los organismos vivos se comportaban en el espacio, allanando el camino para futuras misiones tripuladas. Su legado inspiró la investigación espacial y llevó a mejoras en el diseño de naves espaciales y trajes espaciales para garantizar la seguridad de los astronautas en futuras misiones.

A medida que Laika orbitaba la Tierra, las noticias de su misión se extendieron por todo el mundo. La gente seguía su viaje con esperanza, deseando que por algún milagro pudiera sobrevivir. Sin embargo, el destino de Laika estaba sellado. El 7 de noviembre de 1957, después de unos días en el espacio, la pionera perrita falleció, convirtiéndose en un pequeño punto luminoso que se desvaneció en el firmamento.

Aunque la misión de Laika fue objeto de controversia y críticas por su falta de planificación para su regreso seguro a la Tierra, su legado se mantuvo vivo a través de los años. Su valentía y sacrificio se convirtieron en un recordatorio de que la búsqueda del conocimiento y el avance científico a menudo implican grandes riesgos y sacrificios.



Con el tiempo, la historia de Laika ha sido honrada en diferentes formas. Estatuas, monumentos y libros han inmortalizado su memoria como un símbolo de la exploración espacial y la valentía en la búsqueda de lo desconocido.


En una audiencia del Congreso de los Estados Unidos, un acontecimiento histórico tuvo lugar el pasado miércoles 26 de julio de 2023 cuando el exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea, el Mayor retirado David Grusch, reveló bajo juramento la existencia de un programa secreto que recupera y realiza ingeniería inversa de Objetos Voladores No Identificados (OVNIs). Conocidos oficialmente como "Fenómenos Aéreos No Identificados" (UAP, por sus siglas en inglés), el testimonio de Grusch destapó un misterioso mundo que el gobierno estadounidense ha mantenido oculto durante décadas.


En su testimonio ante un subcomité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Grusch afirmó que fue requerido en 2019 para identificar todos los programas altamente clasificados relacionados con la misión del grupo encargado de investigar los UAPs. En ese momento, Grusch trabajaba para la Oficina Nacional de Reconocimiento, la agencia que opera los satélites de espionaje de Estados Unidos. Fue en este momento cuando descubrió un programa de recuperación y reversión de ingeniería de OVNIs que se había mantenido en secreto durante décadas.

Aquí tenéis un video resumen en inglés cortesía de CBS News.

Las implicaciones de estas revelaciones son enormes. Aunque muchos asocian los OVNIs con la posibilidad de vida extraterrestre, los legisladores demócratas y republicanos han centrado su interés en la cuestión como un asunto de seguridad nacional. Preocupados de que los avistamientos reportados por pilotos puedan estar vinculados a adversarios de Estados Unidos, han instado a una mayor investigación y transparencia en torno a los UAPs.

Grusch no solo confirmó la existencia de un programa secreto, sino que también declaró que el gobierno estadounidense ha sido consciente de actividades "no humanas" desde la década de 1930. Estas palabras arrojan luz sobre décadas de especulación y teorías conspirativas sobre la posibilidad de que agencias gubernamentales tengan conocimiento de visitas extraterrestres a nuestro planeta. Sin embargo, el Pentágono ha negado enérgicamente las afirmaciones de Grusch y ha declarado que no existen pruebas verificables que respalden la existencia de programas de posesión o ingeniería inversa de materiales extraterrestres. La declaración oficial no aborda la cuestión de los OVNIs que no se sospecha que sean objetos extraterrestres.


Las consecuencias de estas declaraciones pueden ser profundas. Grusch se presentó como un denunciante del gobierno y afirmó haber enfrentado represalias por dar a conocer esta información clasificada. Aunque no reveló detalles específicos sobre las tácticas empleadas en su contra debido a una investigación en curso, dejó claro que ha sufrido tanto a nivel profesional como personal.

Mientras los legisladores, tanto demócratas como republicanos, expresaron un interés bipartidista en las declaraciones de Grusch y pidieron una mayor transparencia en torno a los programas de UAP, también criticaron al Pentágono por no proporcionar más detalles en una sesión informativa clasificada o por no liberar imágenes que puedan ser mostradas al público.

Este último testimonio de Grusch es solo la punta del iceberg de un tema que ha intrigado y cautivado a la sociedad durante décadas. Las implicaciones de la existencia de un programa de UAP secreto y la posibilidad de actividades "no humanas" en el cielo podrían cambiar la percepción de nuestra realidad por completo.

A medida que más información se desclasifique y más testigos se presenten para compartir sus experiencias, el enigma de los OVNIs continuará siendo objeto de debate y estudio. 

Eso si, por primera vez a mi conocer, no ha sido en foros o servicios de mensajería de internet, si no en el Congreso de los Estados Unidos, lo cual, es altamente llamativo, ¿No crees?


La historia del ekranoplano, también conocido como "Monstruo del Mar Caspio", se remonta a la Guerra Fría, cuando las superpotencias de la época, Estados Unidos y la URSS, competían en todos los aspectos para obtener ventaja sobre el otro. Durante la década de 1950, el ingeniero soviético Rostislav Alexeiev trabajaba en mejorar los "hidroalas" y se le ocurrió una idea revolucionaria: un barco capaz de volar utilizando el "efecto suelo".

Para conseguir la mejor forma posible, Alexeiev construyó cientos de modelos a escala con cartón piedra y los probó arrojándolos desde un tobogán a poca altura sobre el agua. Con el respaldo financiero ilimitado del líder soviético Nikita Jrushchov, continuó con su investigación y desarrollo de esta nueva aeronave.


En 1966, se fabricó el primer ekranoplano, conocido como KM o 903 Lun. Este aparato, masivo y extremadamente rápido, llamó la atención de los servicios de inteligencia occidentales, que estaban confundidos acerca de su verdadera naturaleza y le dieron el apodo de "Monstruo del Mar Caspio" debido a su actividad en esa región.


El ekranoplano KM tenía unas dimensiones impresionantes, con 106 metros de longitud y 42 metros de envergadura. Estaba propulsado por diez motores Dobryin vd-7, cada uno con una potencia de 98 kN, lo que le permitía alcanzar velocidades superiores a los 400 km/h. Para volar, utilizaba el efecto suelo, elevándose unos 30 centímetros sobre el agua. Sin embargo, debido al riesgo de estrellarse, no podía elevarse a más de 3 metros de altura.

El KM estaba diseñado para enfrentar olas de más de 5 metros y se utilizaba como laboratorio volante para realizar experimentos científicos hasta 1980.



Desafortunadamente (o no...), la historia del ekranoplano KM tuvo un final trágico. En un accidente, una ráfaga de viento desestabilizó el aparato y, en lugar de seguir las consignas de pilotaje que recomendaban aproximarse a la superficie, el piloto optó por elevarse como lo haría un avión convencional. Esto provocó que el ekranoplano perdiera sustentación y se estrellara contra el agua. Desde entonces, el aparato quedó sumergido.

Sin embargo, la historia no terminó ahí. En el año 2020, el ekranoplano KM volvió a emerger a la superficie, apareciendo en las costas del mar Caspio, cerca de Derbent, donde ubicamos estas coordenadas. Esta impresionante aeronave abandonada se ha convertido en una atracción y un punto de interés para los entusiastas de la aviación y los curiosos que visitan la zona.


Así, el "Monstruo del Mar Caspio" representa una fascinante y trágica historia de ingeniería y diseño aeronáutico, que tuvo su apogeo durante la Guerra Fría y que, a pesar de su trágico final, sigue dejando un legado en la historia de la aviación.


Leonardo Da Vinci, es para mí, uno de los pocos reconocidos grandes maestros de la humanidad. Considero que es completamente atemporal y un fenómeno que sigue iluminando en el siglo XXI.

Podría haber en Coordenadas con Historias numerosos posts dedicados a esta persona, pero por algo había que empezar...
Más adelante (en otros artículos) me adentraré en su faceta científica que me encanta, pero, para este martes, quería resaltar uno de los periodos de su vida en Milán durante el cual, pintó, La última cena. Considerado por muchos una de las mejores obras pictóricas del mundo.


Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci) nació en Vinci, una localidad de Florencia en la región de la Toscana. Su infancia y relación familiar podría analizarse en otro post, pero podemos decir, en resumen, que desde joven resaltó por sus dotes artísticas e intelectuales.

A los 14 años de edad desarrollo el estudio de las matemáticas, la geometría, la perspectiva, la arquitectura y la ingeniería junto a Andrea del Verrocchio.

Una década más tarde se convirtió en un maestro pintor independiente de Verrocchio tras haberlo superado en todas las disciplinas, lo cual, lo catapultó a su etapa en Milán.

Fue en el año 1482 cuándo Ludovico Sforza lo llamó para ser pintor de la corte del duque de Milán. Vivió en el propio Castillo Sforzesco durante 16 años, tiempo en el que pudo pintar algunas grandes obras, como La última cena, situada en la iglesia Santa Maria delle Grazie.


Completamente pegado a la iglesia, esta el viñedo que tras acabar la ultima cena el duque regalo a Leonardo como muestra de agradecimiento. Al centro del viñedo y la iglesia, separados por 20 metros, van dedicadas estas coordenadas.




En 1970 prácticamente se puede decir que la magnífica carrera espacial que llevó al hombre a la Luna, quedó casi abandonada, pero había otra, una no espacial, pero si especial, una para llegar al centro de la tierra.
Es irónico decir al centro de la tierra cuando apenas superaron los 12 kilómetros de profundidad, pero, aun así, es espectacular y los descubrimientos realizados, fueron muy sorprendentes.

El 24 de Mayo de 1970, tras 5 años de preparación, los soviéticos iniciaron la perforación usando maquinaria de la empresa Uralmash, una empresa fundada en 1933 por la unión soviética para cumplir sus planes de industrialización del país en la época.



El profundo agujero se realizó en un sitio desértico previamente estudiado, a 10 kilómetros al oeste de la ciudad de Zapoliarni, en la península de Kola. El objetivo inicial era llegar a los 15.000 metros de profundidad para realizar un análisis exhaustivo de la corteza terrestre y verificar las suposiciones hechas por Harold Jeffreys en cuanto la transición de corteza terrestre a manto.

Como cabía esperar, los americanos también estaban involucrados en esta batalla y, en 1979, batieron el récord mundial, profundizando hasta las 9.583 metros en Oklahoma, pero, esa marca, fue superada el 6 de Junio de ese mismo año por los soviéticos, llegando a los 10.000 metros.


Fue en el año 1989, cuando los rusos alcanzaron un nuevo récord imbatido hasta día de hoy con 12.262 metros de profundidad, resultando inviable excavar mas, ya que sus cálculos no habían sido correctos y se toparon con temperaturas mucho mayores de las esperadas y flujos continuos de Hidrogeno, que hacían imposible continuar trabajando.



En la actualidad, todo el laboratorio y sus investigaciones están completamente abandonados, viéndose incluso en la zona las muestras del manto terrestre sacado a las distintas profundidades, todo destruido y tratado como si fueran basura... Una pena, no obstante, de algo sirvió la investigación, entre otros descubrimientos importantes, como fósiles de millones de años de antigüedad o el mayor incremento de la temperatura en la corteza que no se esperaban, cabe destacar el descubrimiento que se hizo en el cambio de las velocidades sísmicas en la transición entre granito y basalto de la corteza, quedando demostrado que no había cambio de las mismas y tirándose por la borda la teoría aceptada hasta la fecha por el geofísico británico Harold Jeffreys, que de este modo explicaba el "salto de velocidad sísmica".





En los años 1930 y 1931 nacían, en el estado de Georgia, los hermanos John y Clarence Anglin en el seno de una familia numerosa de 14 hijos. Ambos comenzaron a trabajar como agricultores a temprana edad, pero pronto iniciaron sus actividad delictiva con pequeños robos. Esta mala actividad fue prosperando rápidamente entre los hermanos y en la década de 1950 ya estaban robando bancos.


En el año 1956 en el Banco de Columbia, ambos hermanos, cuando intentaban asaltarlo, fueron detenidos y enviados a la prisión estatal de Florida. 
Tras varios intentos fallidos de fuga, fueron trasladados en 1960 junto a Frank Morris, a quien habían conocido en la penitenciaria de Atlanta, a la famosa prisión de Alcatraz, donde presumiblemente nunca nadie había escapado. 
Allí, planearon juntos su fuga.


Todos arrancaron la rejilla de ventilación de sus celdas que llevaba al pasillo de mantenimiento y agrandaron el hueco con utensilios simples como un sencillo cortaúñas. Desde el mes de Mayo de 1962, estuvieron saliendo de sus celdas y planeando su escape, hicieron salvavidas y una balsa con trozos de impermeables y también replicaron sus cabezas con yeso y pelo, para no levantar sospechas de los guardias en la ronda por las celdas.


La noche del 11 de Junio de 1962, todos dejaron sus cabezas de yeso bien colocadas en las camas y se reunieron en el pasillo de mantenimiento, accedieron al tejado por la salida de ventilación y cruzaron a escondidas hasta la fachada que contenía las cañerías por las que descendieron. Una vez en el suelo, saltaron ayudándose los unos a los otros las elevadas cercas metálicas y salieron del recinto hasta llegar a la orilla del mar. Inflaron la balsa con un acordeón y una válvula que quedaron allí abandonados y se marcharon.


Al sonar la alarma de la prisión, todos los policías acudieron a la bahía de San Francisco, pero no los encontraron... buscaron pero los cuerpos nunca aparecieron... 

En la cercana isla del Ángel, a aproximadamente 2 kilómetros de Alcatraz, y donde van dedicadas estas coordenadas, se encontró un bolso impermeable con objetos de los hermanos Anglin, todos pensaron que irían a la bahía de San Francisco, pero lo cierto es que las corrientes naturales llevan a esta isla y probablemente, así fue como sucedió.


Las autoridades concluyeron que los tres reclusos murieron ahogados, pero nunca fueron hallados sus cuerpos. Un año mas tarde, el 21 de Marzo de 1963, la prisión de Alcatraz quedo cerrada para siempre siendo en la actualidad un atractivo turístico.

En el año 1979 se llevo esta historia al cine protagonizada por Clint Eastwood en el papel de Frank Morris, "Fuga de Alcatraz", un clásico muy recomendable.